lunes, noviembre 10, 2008

Radioembolization for Unresectable Neuroendocrine Hepatic Metastases Using Resin 90Y-Microspheres

Un estudio multicéntrico retrospectivo publicado en American Journal of Clinical Oncology, en el que participan entre otros, miembros del MD Anderson Cancer Center de Houston o el Mt. Sinai Medical Center, muestra la experiencia de radioembolización con microesferas marcadas con Y90 (SIRspheres) en 148 pacientes con metástasis hepáticas irresecables de tumores endocrinos gastrointestinales. En total se realizaron 185 embolizaciones en 148 pacientes (121 carcinoides (fundamentalmente de intestino delgado), 24 pancreáticos, 3 otros). La dosis mediana recibida fue 1,14 GBq (30.8 mCi)) rango 0.33-3.33 GBq (8.9-89.9 mCi). 5 pacientes (2.7%) mostraron una respuesta radiológica completa, 112 (60.5%) parcial, 42 (22.7%) enfermedad estable y 9 (4.9%) progresión de la enfermedad de acuerdo con criterios RECIST a los 3 meses del procedimiento. El número de pacientes que presentaron toxicidad severa (grados 3 ó 4) fue pequeño: astenia (6.5%), náuseas (3.2%) dolor (2.7%) y ascitis (0.5%).

Desconocemos el grado afectación hepática de los pacientes (número de metástasis, enfermedad unilobar, bilobar, difusa, % volumen hepático), si bien suponemos que se trataba de metástasis irresecables (a pesar del título, en el texto este punto no se aclara) y ¿no accesibles a otros procedimientos ablativos? (radio y crioablación). Tampoco se precisa el estado de los pacientes antes de la intervención (¿tenían todos enfermedad progresiva?) ni ningún dato sobre el previsible comportamiento de los tumores (grado histológico, índice de proliferación...). El número y tipo de tratamientos recibidos previa o concomitantemente también es pasado por alto. No se ofrece ningún dato sobre la duración de la respuesta radiológica obtenida (no sabemos si el tiempo de seguimiento de los pacientes lo permite) ni se analizan por separado los subgrupos de carcinoides de intestino delgado (previsiblemente más insidiosos) y tumores endocrinos pancreáticos (previsiblemente más agresivos). A pesar de que al parecer se determinaron marcadores tumorales (así consta en la sección de material y métodos) los resultados en términos de respuesta bioquímica no se ofrecen. Tampoco se hace ninguna mención al grado de mejoría sintomática ni de calidad de vida, hecho inexplicable en un tratamiento cuyo principal propósito es paliativo. Todas estas limitaciones ni siquiera se mencionan en la discusión, y los autores afirman sin rubor que estos resultados son comparables a los de otros procedimientos no radioactivos (embolización y quimioembolización).

En definitiva, se trata de una auténtica chapuza de artículo que supongo que ha terminado en American Journal of Clinical Oncology después de haber sido rechazado en otras revistas de mayor impacto y que finalmente ha visto la luz únicamente porque supone la presentación en sociedad de la radioembolización en una serie grande de pacientes con tumores endocrinos gastrointestinales (y porque el revisor se había tomado unos cubatas).

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